Miguel Zanetti, E. S. C. de Madrid, mayo de 1980


Mi amigo Miguel Zanetti
Ana Higueras, febrero de 2008

El pasado 18 de febrero de madrugada nos dejó mi querido amigo Miguel Zanetti, al poco de cumplir 72 años.

Miguel forma parte de los recuerdos de casi toda mi vida. Le conocí en 1957 cuando yo tenía 13 años y él comenzaba a colaborar con mi tía Lola Rodríguez Aragón como pianista, trabajando repertorio y haciendo conciertos con sus alumnas. Miguel todavía estudiaba en el Conservatorio madrileño Virtuosismo del Piano con José Cubiles; en 1958 ganaría el Premio en esta especialidad. imagen

En septiembre de 1958 comencé mis estudios de música y canto en el Conservatorio madrileño y Miguel fue el primer pianista con quien empecé a trabajar repertorio de concierto, ópera y oratorio.

A principio de los años 60, Miguel y yo solíamos animar las misas que celebraba Federico Sopeña en la Iglesia de la Ciudad Universitaria, él tocando el armonium y yo cantando. En esta iglesia, en abril de 1963, estrenamos en la boda que celebró Sopeña de Cecilia Rodrigo y Agustín León Ara los "Cánticos Nupciales" de Joaquín Rodrigo.

También en la Iglesia de la Ciudad Universitaria, Sopeña celebraría el 27 de diciembre de 1966 el matrimonio entre Miguel Zanetti y Carmen Pulido, el mismo día que Miguel cumplía 31 años. Carmen además de magnífica violinista a quien Miguel en 1965, ya de novios, acompañó unas brillantes oposiciones para la nueva orquesta de R.T.V.E., es excelente persona. Carmen al entrar en la vida de Miguel no dudó en aceptar como suyos a los que éramos sus amigos y desde entonces forma parte de mi círculo de personas más cercanas y queridas.


Miguel y Carmen tuvieron dos hijas, María, la mayor, nació el 24 de junio de 1972 y Belén siete años después, el 8 de septiembre de 1979.
Belén eligió el camino de la música, como sus padres, y es una estupenda violinista a quien le atrae el mundo de la enseñanza, mientras que María estudió Secretariado de Dirección además de inglés y alemán. Las dos son estupendas personas.

María es dos años mayor que mi hijo Jaime y solían jugar de pequeños en mi casa de Molino de la Hoz.

En mayo de 1964, yo tenía 20 años recién cumplidos, Miguel y yo hicimos nuestro primer recital juntos en un homenaje del Ateneo de Madrid al Padre Feijóo en el II Centenario de su muerte, ilustrado por una conferencia de Federico Sopeña.




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También en mayo y junio de 1964 Miguel participó muy activamente como maestro interno y clavecinista en el "I Festival de la Ópera en Madrid" que organizó y dirigió artísticamente mi tía Lola Rodríguez Aragón. En este "I festival de la Ópera en Madrid", donde yo canté Zerlina en el "Don Juan" y la 1ª Dama en "Die Zauberflöte", de Mozart, Miguel tocó magistralmente el clave en unas inolvidables "Bodas de Fígaro" con Berganza, Lorengar, Penagos, Bruscantini, Campó, Benelli, todos ellos dirigidos por Oliviero De Fabritiis, representación en la que, según palabras del propio Miguel, tuvo que actuar a la vez como clavecinista y como maestro interno.

Recuerdo otras "Bodas de Fígaro" en agosto de 1966, dentro de los Festivales de Amigos de la Ópera de La Coruña y Vigo, en las que Miguel fue parte muy importante del éxito que todos obtuvimos. "Bodas" dirigidas y organizadas artísticamente por mi tía Lola Rodríguez Aragón, con dirección musical de José Mª Franco Gil y escénica de Rafael Pérez Sierra, y donde todos los cantantes que actuábamos éramos alumnos de la tía Lola, entre otros Antonio Campó, Teresa Tourné, Isabel Penagos, Inés Rivadeneira y yo misma cantando "Querubino", y en la que Miguel a parte de ensayarnos musicalmente la obra tocó el clave en los recitativos secos. Recuerdo los ensayos en su amplio piso de Antonio Maura donde entonces vivía con sus padres y hermanos.

Otras "Bodas de Fígaro" memorables en las que Miguel intervino como protagonista fueron las representadas en la inauguración del Teatro de la Escuela Superior de Canto de Madrid, en junio de 1972, con Isabel Penagos, Montserrat Alavedra, Manuel Pérez Bermúdez, Daniel Suárez Marzal, Carmen Sinovas y yo como "Susana" con la dirección artística de Lola Rodríguez Aragón, escénica de Horacio Rodríguez Aragón con decorados y vestuario de Emilio Burgos, la participación del recién creado Coro de la Escuela Superior de Canto, futuro Coro Nacional de España, y la Orquesta de Cámara de Madrid dirigida por José María Franco Gil y de nuevo Miguel Zanetti al clavicémbalo que además ya desempeñaba brillantemente en la Escuela desde otoño de 1970 su puesto como catedrático de Repertorio Estilístico Vocal.

En 1966 grabé junto a Miguel mi primer disco LP; un monográfico de canciones de Joaquín Rodrigo, disco por el que ninguno de los dos cobramos un céntimo pues íbamos a porcentaje en ventas y al poco de salir el disco al mercado la casa discográfica TEMPO desapareció. Recuerdo que durante los días que duró la grabación Rodrigo desde el control nos interrumpía constantemente poniendo a prueba nuestros nervios. También actuamos juntos en un par de ocasiones en la Cátedra Manuel de Falla que desempeñaba Rodrigo en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid, con programas dedicados a Schubert, Rodrigo y en un Homenaje a Falla, precedidos por conferencias del propio Rodrigo. Así como en el Homenaje a Joaquín Rodrigo y Victoria Kamhi celebrado en el Club 24 de Madrid en octubre de 1976. Miguel era uno de los intérpretes que más quería y apreciaba Rodrigo.


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En septiembre de 1970 yo vivía en Viena, donde ese mismo año había comenzado mis actuaciones en la Volksoper y Staatsoper, y Miguel y Carmen, su mujer, vinieron a pasar unos días a mi apartamento de la Währingerstr,. No coincidieron con mis actuaciones pero si les conseguí entradas para ver "Land des Lächelnd" en Volksoper y "Falstaff" en Staatsoper, con Giuseppe Taddei como protagonista, amigo de Miguel con quien estuvimos en un par de ocasiones comiendo en "La Grotta Azurra" y tomando café en el "Donauturm". Recorrí con los Zanetti Viena y sus alrededores llegando hasta Eisenstadt, en la frontera con Hungría. Paseamos por Stadtpark y Schönnbrunn y fuimos a Heiligenstadt a cenar en un "heuriger" instalado en una de las casas donde Beethoven pasaba los veranos. Miguel disfrutó recordando sus años de estudios en Viena y sus andanzas por esta ciudad. La verdad que lo pasamos muy bien juntos.

A primeros de julio de 1972, nada más terminar mis actuaciones en la Staatsoper de Viena como "Yniold" en "Peleas y Melisendra", de Debussy, fui directamente a Granada a cantar un recital con Miguel Zanetti al piano, dentro del "XXI Festival Internacional de Música y Danza de Granada". Miguel me recogió en el aeropuerto de Málaga y fuimos en un taxi hasta Granada, a mitad de camino me mareé como una cuba y Miguel me recomendó tomar una ginebra que según él iba bien para el mareo, la realidad es que me puse mucho peor de lo que estaba y llegué a Granada malísima. Al día siguiente fue el recital en el Patio de los Arrayanes. En el descanso, en ese precioso camerino que teníamos dando al Albaicín, conocí al que sería mi marido y padre de mi hijo Jaime, Carlos Del Val Caturla. Miguel siempre recordaría este primer encuentro mío con Carlos, con quien siempre se llevó maravillosamente, bueno se llevaron tanto Miguel como Carmen, quien solía venir a nuestra casa de Gutiérrez Solana a tocar con Carlos a dos violines.


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En 1970 Miguel y yo participamos en el "I Ciclo de Interpretes Españoles en España", que organizaba La Comisaría General de la Música y la Dirección General de Bellas Artes, y también en los siguientes Ciclos IV y VI, en 1974 y 1975. Actuamos juntos en las Sociedades Filarmónicas y de Conciertos de casi toda España: en Madrid, El Escorial, Ávila, Salamanca, Valladolid, Segovia, Pontevedra, Orense, La Coruña, Villafranca del Vierzo, Bilbao, Cuenca, Jaén, Córdoba, Sevilla, Alicante, Tenerife etc.... con programas en los que incluíamos obras de Scarlatti, Vivaldi, Händel, Mozart, Schubert, R. Strauss, Fauré, Guridi, Rodrigo, Falla o Turina, entre otros.

También actuamos en festivales como en la "II Semana de Música de Cámara de Segovia", en julio de 1971 y en agosto en un Homenaje a Ataulfo Argenta en Castro Urdiales, su ciudad natal, en la Iglesia Parroquial de Santa María, donde recuerdo que estábamos Miguel y yo en el altar mayor a punto de empezar el concierto cuando se acercó el párroco vestido con sotana y me colocó un imperdible cerrando mi escote; a Miguel y mí nos dio un golpe de risa. imágenes

En abril de 1974 actuamos en las "III Jornadas Musicales Cervantinas"; en julio de 1978 en el "Festival Internacional de La Coruña", en las Noches de la Ciudad Vieja, en un Homenaje a "F. Schubert en el 150 aniversario de su muerte", con el ciclo de canciones "Die Schöne Müllerin", precedidos por una conferencia de Antonio Fernández. Cid; en noviembre de 1978 en la "XII Semana de Música de Tenerife", en el Casino, de nuevo con el ciclo de canciones "Die schöne Müllerin" y en enero de 1981 un precioso recital dentro del "I Festival de Música Romántica", en Barcelona, en la sala La Paloma, que recuerdo con especial cariño donde yo con Miguel Zanetti y Manuel Cid con Félix Lavilla interpretamos alternándonos el ciclo de canciones Myrten, Opus 25., de Robert Schumann, recital donde los cuatro obtuvimos un gran éxito.




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En la Fundación Juan March actuamos en varios conciertos monográficos; en junio de 1975 en un "Concierto en una exposición de Oskar Kokoschka" donde hicimos el ciclo "Lieder eines Fharenden Gesellen", de Gustav Mahler; en noviembre de 1977 en un Ciclo sobre "Lied Romántico" un recital dedicado a Richard Strauss con sus canciones de primera y última época, éstas dificilísimas; en febrero 1978 en el "Ciclo Schubert, en el 150 aniversario de su muerte", interpretando de nuevo el ciclo de canciones "Die schöne Müllerin", recuerdo que hacía escasamente dos meses que había fallecido mi marido Carlos y en los ensayos en casa de Miguel, en la calle Pradillo, teníamos que parar de vez en cuando porque el llanto me impedía cantar y Miguel y Carmen con todo el cariño y paciencia del mundo trataban de consolarme; en marzo de 1979 participamos en el "II Ciclo de Música Española del siglo XX" con obras de Julio Gómez, Jesús Arámbarri, María Rodrigo, José María Franco y Ernesto Halffter.


Cuando Lola Rodríguez Aragón funda en 1970 la Escuela Superior de Canto de Madrid, Miguel Zanetti pasa a formar parte del claustro de profesores como Catedrático de Estilístico Vocal. En 1977 comencé mi andadura en el mundo de la enseñanza en la Escuela Superior de Canto de Madrid donde compartí gran número de alumnos con Miguel y siempre sería el sabio e inteligente consejero en cuanto a repertorio, estilo, musicalidad.... A Fernando Turina, mi colaborador a lo largo de 25 años en la Escuela, lo conocí en 1978 en la clase de Miguel, lo recuerdo sentado a su lado y empapándose de los conocimientos del maestro. Miguel acogió a Fernando como a su hermano menor, casi como a un hijo, y le enseñó con devoción y entusiasmo todo lo que el sabía de esta difícil profesión de pianista de cámara. Juntos formarían el dúo de piano a cuatro manos con el que recorrerían medio mundo.
Miguel y yo actuamos en la Escuela Superior de Canto en varias ocasiones; en 1975 en dos conciertos-conferencia uno en febrero con un programa dedicado a Falla titulado "El milagro estético de las canciones de Falla" precedido por una conferencia de Federico Sopeña y en abril en un "Ciclo de Clases Magistrales", interpretando el ciclo de canciones "Die Schöne Müllerin" de F. Schubert, precedido por unas palabras de Lola Rodríguez Aragón; en marzo de 1977 en un concierto organizado por Philips Ibérica con obras de Schubert, R. Strasuss, Falla y Turina; en mayo de 1978 en una "Lección Magistral" con los "Deutsche Volkslieder" de J. Brahms, donde el barítono Jorge Drösser y yo nos alternábamos en las canciones, algunas de ellas a dúo; en octubre de 1980 en un concierto organizado por el Instituto de Cultura Austriaco con un programa Mozart-Arriaga, donde interpretamos entre otras cosas la cantata masónica de Mozart "Die ihr des unermesslichen Weltalls".


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En octubre de 1978 hicimos otro recital en la E. S. C. con motivo del V Congreso Español de Historia de la Medicina, al que acudió Félix Lavilla, que hacía un par de años daba clases de repertorio estilístico vocal en la Escuela y llevaba un año separado de Teresa Berganza. Después del concierto Miguel y Carmen, su mujer, se empeñaron que fuera con ellos y Félix a cenar, después de la cena fuimos a una sala de fiestas que había en las Torres Blancas donde nos reírnos con las actuaciones de los cómicos Tip y Coll y estuvimos bailando. Este sería el comienzo de mi relación con Félix que seis años después terminaría en matrimonio.

Miguel, durante unos años, pidió la excedencia como catedrático de Estilístico Vocal en la Escuela Superior de Canto de Madrid. Su intensa actividad de conciertos, sobre todo con Montserrat Caballé, le impedía compaginar las dos actividades. Cuando regresó a la Escuela raro era el día que no subía a mi clase o yo bajaba a la suya para charlar un rato y cambiar impresiones sobre nuestros alumnos o sobre nuestras vidas. imagen


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En 2004, al cumplir los 60 años, decidí jubilarme anticipadamente de mi puesto como catedrática de Canto de la Escuela Superior de Canto de Madrid y como despedida quise organizar un homenaje a la que fue mi maestra y también fundadora de la Escuela, Lola Rodríguez Aragón. Le propuse a Miguel colaborar en este acto con una conferencia y no dudó un instante en decirme que sí, además de interpretar mi prima María Aragón, yo misma y Fernando Turina al piano el "Stabat Mater" de Pergolesi. También cuando en 1997 le propuse hacer un comentario para el librillo que acompañaba el C.D. que grabamos Fernando Turina y yo "Canción Española, Primera mitad del siglo XX", Miguel no dudó en complacerme y escribir un magnífico comentario, a pesar de que en esa época no se encontraba bien de salud. Así era Miguel con sus amigos.


La última ocasión que Miguel y yo participamos juntos en un acto público fue en el Homenaje que el Conservatorio Victoria de los Ángeles de Madrid le rindió a Victoria el 15 de febrero de 2007. En esta ocasión fue Miguel quien me propuso participar en este emotivo acto donde él hablo de los recuerdos de sus recitales y viajes con Victoria por el mundo y yo de mi relación con Victoria y la admiración que siempre sentí por ella como persona y como artista. imagen

Aunque mi trabajo junto a Miguel fue siempre tan fructífero y satisfactorio en todos los sentidos creo que sobre todo perdurará en mi memoria su carismática y cálida personalidad. Miguel siempre estaba dispuesto a ayudarte y ofrecerte con gran generosidad sus conocimientos, su experiencia, algo difícil de encontrar en esta profesión donde la gente es muy celosa de los demás.

Sí, hemos perdido a un gran artista y a un sabio y conocedor del repertorio musical universal, pero ante todo yo he perdido a un auténtico y entrañable amigo que me ofreció su amistad sincera y desinteresada a lo largo de 50 años y ésto, cuando llegas a mi edad, te das cuenta que no es fácil de encontrar.

Miguel perdurará en mi recuerdo con su mirada clara, inteligente y brillante y con su amplia y cálida sonrisa. Espero que desde ese lugar desconocido donde se encuentre vele por Carmen, su fiel compañera a lo largo de su vida, sus hijas María y Belén y todos los que le queríamos, admirábamos y éramos sus amigos. Que descanse en paz.


© Copyright del texto pertenece a ANA HIGUERAS
Las imágenes se custodian en el Archivo HIGUERAS ARTE



Ana Higueras
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